Perogrulladas

El "gobierno por intimidación, como rasgo típico de ciertos primates de Borneo y de algunos homínidos de la cuenca del Caribe", tal como lo expresara Carlos Alberto Montaner en El Nuevo Herald, no es más que una tibia forma de calificar al actual régimen venezolano, encabezado por el tristemente célebre Hugo Chávez.

Es lamentable que se pretendan utilizar espacios de alcance mundial como la Cumbre Iberoamericana o de la OPEP como escenarios de proselitismo político, en busca de partidarios para una política internacional basada en la confrontación y el ensañamiento.

¿Dónde están los planteamientos de problemas que verdaderamente aquejan nuestro continente? Más allá de las pretensiones ideológicas se podrían tocar temas como la armonización de las políticas nacionales de –todos- los países del bloque suramericano en torno a:

· Acuerdos de cooperación en el desarrollo de la industria farmoquímica, metalmecánica, textil, editorial, agrícola, turística, electrónica, manufacturera, naval, aeronáutica, biotecnológica, telecomunicaciones, aeroespacial, cibernética, entre otras.

· La política exterior en materia arancelaria en pro de la integración comercial del bloque suramericano (sin discriminaciones ideológicas) y el establecimiento de una economía común.

· El problema de la descomposición del núcleo familiar como uno de los principales y más urgentes efectos (y al mismo tiempo causa) del subdesarrollo.

· Programas sociales efectivos de asistencia sanitaria y cooperación internacional, en el marco de las metas de la Organización Panamericana de la Salud.

· La necesidad urgente de establecer estrategias innovadoras y efectivas en el sistema educativo en todos los niveles.

· La instalación de un modelo económico (viable) inter-nacional que integre los diversos sectores (industrial, pymes, cooperativas, microempresas) como cadena productiva, insertada en una economía de mercado mundial.

· La integración de los sectores académico, empresarial y gubernamental en la acometida de proyectos de desarrollo.

· El problema fronterizo.

· El surgimiento y proliferación de fuerzas paramilitares y sus conexiones con el narcotráfico y el crimen organizado.

· El problema de los ilícitos: falsificaciones de armas, medicamentos, artículos personales, tráfico de seres humanos, contrabando, lavado de dinero, crimen organizado, etc.

· Los problemas medioambientales de sobrepesca, agotamiento de las reservas forestales y dulceacuícolas del continente, las emisiones carbónicas y su impacto en la atmósfera, la gestión sustentable de la fluvialidad como recurso de generación de una industria de transporte y turística en pro de la integración, la implementación de sistemas de generación de energía limpia y programas de clasificación domiciliaria de basura y aprovechamiento de la misma como fuente de energía y abono de primera calidad, aprovechamiento de los recursos hidrobiológicos de la región, etc, etc, etc.

Pero en vez de ello encontramos un mandatario cuyo “basamento filosófico” radica en el reconcomio y la confrontación, la alianza con regímenes beligerantes, en una tal “lucha” en función de un sustrato ideológico inoperante, sostenido por consultores miopes, inadvertidos en cuanto a las insalvables inconsistencias del planteamiento marxista, en El Capital, el cual, entre otras cosas, no contempla los fundamentos de la teoría económica esclarecidos posteriormente a su publicación, con la aparición del concepto de escasez relativa. Un sistema carente de todo sentido socioeconómico porque soslaya, de plano, uno de los atributos humanos más encomiables e impostergables: la libertad individual.

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