¿Por qué escribo?

porque me nace,

porque es un acto de amor y una manera de decirle al mundo que me importa, 

porque es una forma de tender puentes y establecer vínculos entre seres, más allá de las fronteras del espacio y del tiempo,

porque la escritura es mi combustible para recorrer ese camino sin fin del autoconocimiento,

porque es una forma de explorar mis sombras con la lámpara del pensamiento; 

porque es una forma de hacer brillar mis luces a través de la linterna del lenguaje; 

porque siento la necesidad de expresar cosas, que de no hacerlo, guardarían un cómplice y pesado silencio,

porque la palabra escrita resiste al paso del tiempo y su mensaje tiene la magia de cobrar vida y transmutarse según a quien le llegue, cuando le llegue y como le llegue, y sin embargo conservar su esencia,

porque es una forma de crear, de trascender y de ser más humano, 

porque quiero, porque puedo y, finalmente, porque lo decido.