Si tuviera que definir a la USB



...a mae


Si tuviera que definir a la USB lo intentaría diciendo que es un lugar geométrico donde convergen las estrellas en el cielo nocturno y se conjugan el presente, el pasado y el futuro; donde el tiempo es un desacostumbrado término, tan relativo como el significado del sonido del viento susurrando entre los árboles; donde las conversaciones sobre teoremas, partículas subatómicas y estequiometría se mezclan con Leibniz, Hesse, Kafka y Borges; donde los musgos y líquenes, pobladores de los brocales en las aceras, son testigos mudos de semblantes taciturnos ambulantes.

En la USB, los días y las noches se suceden unos a otros en vaivén, como un péndulo oscilante entre el aroma de la tierra húmeda y la madera rancia de las tarimas; entre las coloridas notas de una estudiantina los domingos y el chasquido periódico de los ubicuos aspersores sobre un vasto manto verde.

En la USB una laguna cinética, cortejada por extensos jardines y confidente de eróticos secretos, le hace compañía a un bosque de pinos embriagados de trementina mientras se funden a monolíticos edificios de concreto erigiéndose bajo huestes de cirrocúmulos errantes en el firmamento, y en tierra un laberinto cromovegetal centinela hace guardia permanente a una mística fortaleza de conocimiento y sabiduría; y el dulzón y cálido olor a agar de una micoteca o el frío y metálico permanganato de potasio de un laboratorio de química conducen al insondable y fascinante universo de la ciencia.

En la USB a finales de año, las tardes discurren entre el azul intenso del cielo decembrino de Caracas, el peregrino capin melao y los prosaicos y distendidos diálogos, en los que no es tan difícil dilucidar el mundo en medio de tertulias y buen café y los viernes se visten de gala con un rosario escarlata de luces parpadeantes en procesión a la salida del campus. 

No es trivial definir a la USB porque es una progresión infinita, sin identidad demostrada, de cosas imaginarias que de vez en  cuando algunas de ellas entran por breves instantes al mundo real. Lo que sí puedo decir con resolución axiomática es que la USB es al menos un lugar en mi corazón.

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