Mi estudiante favorito
Hablar de un estudiante favorito podría despertar cierta
suspicacia; algo así como cuando uno habla de un “mejor amigo” y te escuchan
varios amigos tuyos. Por eso prefiero no hablar de “mejores amigos”. Sin
embargo al referirme a mi estudiante favorito me refiero a ese estudiante que puede
estar dormido y por lo tanto dejar de existir para luego volver a nacer al
despertar.
Mi estudiante favorito es muy crítico y analítico,
principalmente consigo mismo. Continuamente se exige ser mejor y no le da
tregua al conformismo. Mi estudiante favorito es inquieto y curioso y le cuesta
ceñirse al plan de evaluación porque sabe que el conocimiento no tiene
fronteras ni capítulos. Mi estudiante favorito tiene la capacidad de hacer
planteamientos inteligentes. Mi estudiante favorito sabe que la condición de
estudiante no se debe a su inscripción en alguna academia o algún carnet de
membresía sino al simple hecho de que aún le falta mucho por aprender y se da
cuenta que mientras más aprende se hace cada vez más consciente de su
ignorancia; mi estudiante favorito se sabe estudiante al ser alumno del mayor
de los profesores y de la más grande Escuela: la Vida.
Mi estudiante favorito se estudia a sí mismo para conocer
mejor sus limitaciones y sus capacidades, sus deberes y sus derechos, sus
fracasos y sus éxitos, sus miedos y sus anhelos. Mi estudiante favorito ejerce
su libertad de pensamiento y navega siguiendo su propio curso.
Mi estudiante favorito se esfuerza por ser mejor cada día y por
encontrar al profesor favorito, principalmente en si mismo.
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